Corazones en 8-bit

¡Hola a todos! San Valentín está a la vuelta de la esquina, y habíamos pensado enseñaros una recetilla original para sorprender a un ser querido (aunque cualquier momento del año es bueno) . Es una adaptación sacada de un libro llamado "Macarons, brownies, cupcakes & cookies" que os recomendamos encarecidamente si os gustan los dulces. Vamos con la receta.

Ingredientes

-200g de harina

-Una cucharadita de levadura

-4 cucharadas colmadas de azúcar

-1 limón

-100g de mantequilla

-1 huevo

Para decorar

-200g azúcar glas

-1 clara de huevo

-Colorante alimentario rojo

-Sirope de frambuesas (opcional)

Elaboración

1- En un bol grande mezclamos la harina tamizada con la levadura y el azúcar, para añadir después la ralladura de la mitad del limón y la mantequilla (a temperatura ambiente, blandita).
2- Se mezcla todo con las manos hasta que quede homogéneo. Batimos el huevo con junto con el zumo del limón y se añade al resto de la masa hasta que quede homogéneo. Si está demasiado húmedo le podemos ir añadiendo un poco de harina hasta que no se pegue demasiado.
3- Metemos la masa en una bolsa de plástico para alimentos en la nevera una media hora para que endurezca y sea más fácil de amasar después con el rodillo.

4- Para no manchar demasiado, aplastamos la masa con un rodillo sin sacar las masa de la bolsa, hasta que quede lo más liso posible, de unos 3 mm de grosor. Este método es opcional, siempre podéis hacerlo directamente sobre una superficie enharinada.

5- Con un cortador de galletas les dais la forma deseada.Yo lo tuve que hacerlas a mano guiándome con una plantilla de goma eva ,aunque también existen moldes de esta forma que podríais comprar en internet.

6- En una bandeja de horno con papel encerado, disponemos las galletas separadas y las metemos en el horno precalentado, a 180ºC con calor arriba y abajo, durante 10-15 minutos. Hasta que veamos que están cocinadas pero sin que se lleguen a dorar.

Decoración
1- Batimos la clara del huevo hasta ponerla a punto de nieve, y poco a poco, le añadimos el azúcar glas (previamente tamizado) poco a poco y sin dejar de remover. Separamos una cucharada para hacer los adornos de color blanco y el resto lo teñimos con el colorante más el sirope para que le de un poco de sabor.

2- Introducimos la glasa rosa en una manga pastelera con la boquilla muy fina para poder hacer primero los bordes. Los dejamos secar un poco y luego rellenamos el interior (Cuando las galletas estén frías!). Mientras esté húmedo, con un palillo mojamos la punta en la glasa blanca y dejamos caer una gota dándole un poco de forma.

3- Dejamos las galletas al aire hasta que la glasa se haya secado y endurecido por completo (yo lo dejé durante una noche) y podremos guardarlas.

Esta receta da para unas 25 galletas. No está de más deciros que las galletas siempre pueden ser de otras formas, tamaños y colores. Lo importante es que os quedéis con el resultado final. No son unas galletas tan empalagosas como parecen, y se queda un sabor suave de limón y mantequilla.

Os dejamos una idea de presentación:

Tiempo aproximado:

Dificultad:

Carne Recuperada Mecánicamente

¿Habéis escuchado alguna vez este término? Hoy estamos aquí para explicaros un poco en qué consiste exactamente, sin mitos de por medio que puedan dar lugar a confusión. En esta red inmensa que es internet podemos ver diversas opiniones, generalmente negativas, sobre este tipo de carnes utilizadas como ingredientes de muchos alimentos, pero se le atribuyen algunos aspectos que no están cerca de la realidad.

Esta carne, también llamada carne separada mecánicamente (CSM) se extrae principalmente de cascarones de aves de corral, como puede ser pollo o pavo, y en segundo lugar del cerdo. La especie animal tiene que ir concretada en la etiqueta, y donde más os podréis fijar en las salchichas o hot dogs, aunque también puede aparecer en patés, fiambres, albóndigas, hamburguesas, nuggets y platos precocinados.

¿Cómo se obtiene? Cuando se despiezan los animales y se limpian para venderlos en forma de filetes -por decirlo de alguna forma-, una parte de la carne se queda adherida al hueso, pues es muy difícil obtener todos los huesos limpios. En lugar de tirarlos y deshacerse de este subproducto, introducen estos cascarones en una máquina que tritura todo, y mediante presión se hace pasar la carne por una superficie perforada que retiene el hueso y sale en forma de una pasta.

Después se puede picar más hasta obtener una pasta fina muy homogénea, añadir aditivos como especias, saborizantes, antioxidantes, colorantes...y dar forma al producto cárnico que se quiera obtener.

¿Es la CRM como la carne habitual? No exactamente, aunque no os supondrá ningún problema de salud. Esta carne contiene menor porción de proteína (aunque sigue siendo el componente mayoritario), mayor contenido mineral (como el calcio, procedente de los huesos), tejido conectivo como tendones y cartílago, y también mayor contenido en grasa.
Esto último ocurre porque al romper los huesos también se extrae médula ósea, pero no os preocupéis porque no es peligroso, pues la ley no permite extraer este producto de cabezas de ningún animal ni médula espinal, y los huesos de rumiantes están especialmente prohibidos para evitar la encefalopatía espongiforme bovina (más conocida como la enfermedad de las vacas locas).

Esperamos que os haya parecido interesante y no muy desagradable. Si os queda alguna duda siempre podéis comentarlo e intentaremos contestar lo mejor posible. ¿Habías visto aparecer este ingrediente la etiqueta de algún producto? 

Fuentes: 1, Universidad Autónoma de Madrid (Carne y Pescado)

Caprichyo

¡Felices fiestas a todos nuestros lectores! Esperamos que hayáis disfrutado estos días y si no habéis cocinado algo en especial, al menos que hayáis comido cosas ricas.

Hoy os vamos a hablar del bar restaurante Caprichyo (su página de Facebook aquí), que podéis encontrar en Avenida Gran Vía del Sureste, 18 (Madrid), a 5 minutos de paseo del centro comercial La Gavia. Es una alternativa interesante a los restaurantes del propio centro comercial que son los de las habituales cadenas de restaurantes...que no están mal, pero no son algo tan único.

Ver mapa más grande

Fuimos por recomendación de unos familiares y nos aseguraron que nos iba a gustar y que mirásemos el menú del día porque estaba a buen precio. El menú actualmente vale unos 10€ e incluye:

-Primer plato (3 opciones)

-Segundo plato (3 opciones)

-Pan

-Bebida

-Postre (a elegir entre 4 tipos de tarta, flan, helado, fruta...muchas opciones)

-Café o infusión

No falta decir que a ese precio, la buena impresión que dio el restaurante, el nombre de los platos a elegir y que incluyesen el café a parte del postre nos sacó una sonrisa. Además echamos un ojo a la carta (que nos trajeron amablemente) para poderos comentar un poco qué más tenéis para comer en este local.

Podemos encontrar diferentes tipos de pizzas y calzones (hechas en horno de leña), arroz, ensaladas, carnes y huevos rotos con más cosas. Tienen algunos platos muy interesantes, sobretodo en los entrantes, como pueden ser croquetas de queso con nueces, tacos, "papas" arrugadas con mojo picón, un volcán de quesos fundidos con pimietos y cebolla, acompañado de totillas de trigo y guacamole...entre otras cosas. En cuanto a los postres mencionar la presencia de tarta de terciopelo rojo (Red Velvet) y los batidos helado con leche condensada y nata montada.

El local tenía una decoración moderna, con varias mesas de madera verde y una barra amplia llena de taburetes, con muchos tipos de cervezas especiales (entre ellas de cereza o de frambuesa) y tónicas premium para preparar los gin-tonics tan de moda ahora.

 

En aquel momento no había demasiada gente, pero a juzgar por las mesas apiladas en un lado de la fachada ponen terraza cuando hace buen tiempo y no eran pocas. Limpio, con buen ambiente, y música animada, a un volumen que te permitía hablar sin alzar la voz pero podías prestarla atención sin problemas.

¿Qué nos pedimos nosotros? Nos decidimos como primer plato por unos huevos rotos con morcilla, que estaban en su punto justo para que no se hiciese la yema. La morcilla era de cebolla, no era fuerte pero estaba bien apretadita.

De segundo pedimos entrecot con hilo de mostaza dulce. Era un filete con abundantes patatas, hecho en su punto y con sal gorda por encima. La mostaza parecía más bien de adorno y estaba un poco fuerte, pero acompañaba perfectamente a la carne.

En el postre decidimos probar tarta chocolate blanco y otra de dulce de leche. Ambas estaban hechas de la misma forma, con la base de bizcocho y un relleno como de mousse. Desconocemos si las hacen caseras o son compradas, pero estaban bastante ricas y ninguna era demasiado empalagosa.

También nos gustaron mucho las vistas que nos permitían los amplios ventanales. Un paisaje urbano pero muy tranquilo, típico del Ensanche de Vallecas. Los que sólo hayáis visto el centro comercial os estáis perdiendo una estampa muy bonita sin el bullicio del centro, los barrios de la periferia más antiguos, o las zonas próximas a los centros comerciales.

 

Os animamos a pasaros por él si vais algún día por La Gavia, a nosotros nos sorprendió y gustó mucho a partes iguales, por lo que es muy probable que volvamos a aparecer por allí para probar más cosas.

Puntuación general:

¡Extra! ahora con Google Maps ahora podéis mirar el local por dentro y por fuera, como si estuviéseis allí mismo.

Lasagn-wich

Buenas de nuevo y perdón por el retraso. Final de semestre en la universidad y estamos un tanto apretados así que la entrada de hoy va a ser tardía y breve, pero no por ello menos rica.

Hoy os traemos un plato rápido, que se puede hacer en bastante cantidad (básicamente, la que os permita vuestro horno) e ideal para hacer algo diferente en las cenas con amigos. No os ponemos cantidades exactas pues dependen mucho de la cantidad que vayáis a hacer, las capas que vayáis a poner de cada cosa, el tamaño de vuestra bandeja, etc. Así que esta vez tendréis que usar el ojímetro como hicimos nosotros.

Ingredientes
-Pan de molde (puede ser sin bordes)
-Salsa estilo argentino Hacendado
-Queso en lonchas o sabanitas
-Jamón de York
-Leche
-Huevos (2 por cada medio litro de leche)
-Sal y pimienta
-Bechamel
-Queso para gratinar

Preparación
1-Engrasamos la bandeja del horno con mantequilla para que podamos desmontar el plato al final.

2-Untamos los panes de sándwich con la salsa argentina. Podéis poner lo que más os guste, como mostaza de Dijón o margarina por ejemplo, pero esta que usamos es muy especiada y da un toque especial al plato. Luego los colocamos en una bandeja para horno (de cristal o de acero inoxidable) cubriendo todo el fondo.

3-A continuación una capa de queso que funda bien (sabanitas, Havarti, Cheddar, depende de lo que os guste).

4-Ponemos una capa de jamón cocido. También podríais poner más capas o sustituirlo por fiambre de pollo si queréis.

5-Cubrimos con una nueva capa de pan que también está untada con la salsa.

6-Batimos el huevo y la leche con las y pimienta hasta que quede bien mezclado y regamos la bandeja. La idea es que el pan quede empapado, pero tampoco echéis demasiado para que no quede sin consistencia (aunque podéis experimentar y contarnos cómo os sale más rico). Lo mejor es que lo dejéis reposar mientras hacéis la bechamel.

7-Cubrimos con bechamel y espolvoreamos bien de queso rallado encima y ya lo tenemos todo listo para hornear. ¿A que parece una lasaña de toda la vida? Como podéis comprobar se tarda muy poquito y podéis preparar a la vez mucha cantidad y dejarla preparada para cuando lleguen los invitados

8-Horneamos unos 15 minutos a 200 ºC grados con el grill hasta que el queso se quede dorado et voilá ya tenemos nuestros sandwich que parecen lasaña: los poderosos "lasagn-wich". Servir calentitos y sorprender al personal.

Para la bechamel
Siempre la podéis comprar hecha pero si la queréis hacer casera no es muy difícil de hacer. Tiene que ser una salsa ligera, que no quede demasiado espesa para que se pueda repartir bien con la ayuda de una cuchara:
-En una sartén honda derretís a fuego medio un par de cucharadas grandes de mantequilla y cuando esté, añadís la misma cantidad de harina de trigo y la mezcláis bien hasta que se tueste ligeramente.
-Después vais echando leche poco a poco, sin dejar de remover y sin echar más hasta que no se haya incorporado bien. La cantidad de leche no os sabemos decir, hasta que tenga la consistencia adecuada, y si os pasáis de líquida siempre podéis dejarla hervir para que se espese un poco más.
-Añadir sal, pimienta, y un poco de nuez moscada.

Tiempo aproximado:

Dificultad:

Y recordar chicos, ¡dejaros siempre hueco para el postre!

Mega Oreo

Hace ya bastantes años que, en Estados Unidos, la marca Oreo tiene en el mercado un montón de productos derivados de sus míticas (y peligrosamente adictivas) galletas, como pueden ser un delicioso helado o batido con ese sabor tan característico.

Ahora es un fenómeno más general y podemos encontrarlos en supermercados y algunos restaurantes (sobretodo en los tipo "'50s dinner") pero lo que os traemos hoy es una versión casera en forma de una enorme y dulce Oreo...

Bueno vale, es una tarta, ¡pero os prometemos que está muy rica! Es una receta que en principio puede parecer un poco laboriosa, pero el tiempo que os ponemos es orientativo pues depende de la habilidad que tengáis en la cocina.

Ingredientes

-40 galletas de tipo Oreo

-500 mL de nata para montar

-200 gr de azucar

-200 mL de leche

-12 gr de gelatina neutra (nosotros usamos las láminas de gelatina de Mandarin y fueron 8)

-400 gr de queso para untar (Philadelphia o similares para entendernos)

-85 gr de mantequilla

 Receta

1-Separar el relleno de las tapas de las galletas (y reservárlo, ¡no os lo comáis..! aún). Si les dais a las galletas un toque de microondas (5 segundos deberían bastar) se separarán mejor.

2-Pulverizar las galletas con picadora, robot de cocina o dentro de una bolsa de plástico. Podéis añadir cacao en polvo (nosotros usamos 1 cucharada grande) para que sepa más a chocolate.

3-Separar en dos las galletas trituradas. Un poco más de la mitad irá a hacer la base (2/3 partes aproximadamente)  y el resto será nuestra cobertura.

Para la base

-Derretir la mantequilla y mezclar con el pulverizado de galletas (recordad, un poco más de la mitad) hasta que se forme una pasta.

-Poner esta pasta en el molde y extenderla hasta cubrir el fondo.

Para el relleno

-Mezclar en un cazo (o robot de cocina si tenéis) el relleno de las galletas, el queso, la leche y el azúcar y mezclar los ingredientes a una temperatura media , sin que llegue a hervir.

-Añadir la gelatina (tened en cuenta las instrucciones del fabricante)

     -Si es en polvo disolverla antes de añadirla en un poquito de leche

     -Si es en láminas poner en remojo antes hasta que esté blandita

-Mantener caliente hasta que se disuelva la gelatina. Cuando esté bien mezclado todo retiramos del fuego y dejamos templar a temperatura ambiente. No lo metáis en la nevera porque todavía no queremos que coja consistencia.

-En otro recipiente grande, (que es bastante cantidad la que hay que juntar) semi-montar la nata hasta que coja consistencia pero que no quede muy dura.

-Esperar a que la mezcla que estamos reservando antes esté templada y mezclar poco a poco sobre la nata con movimientos envolventes con una cuchara, una espátula o una lengua.

-Echar el relleno terminado sobre la base que hemos preparado antes y meter en la nevera para que cuaje (nosotros lo dejamos una noche para asegurarnos que quedaba bien).

Para la cobertura

-Cuando este todo bien cuajado espolvoreamos el resto del polvo de galleta en la parte superior con la ayuda de un colador para que quede bien fino y repartido: Os recomendamos presionar luego el espolvoreado para evitar dispersivas consecuencias ante un posible soplado de velas.

-¡Desmoldar con mucho cuidado, servir y disfrutar! Veréis que la masa queda cremosa y ligeramente esponjosa, en combinación con la consistencia de la base.

Tiempo aproximado:

Dificultad:

Disfrutarlo con salud aunque si os intentáis comer la tarta entera vosotros solos...